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martes, 7 de junio de 2011

Nosotros también estamos Indignados


¡¡LA DECISION!!

Mariano se levantó aquella mañana, totalmente decidido, se afeitó se duchó, desayunó a conciencia y como era hombre precavido, preparó un tentempié por si acaso. Fina, su mujer, seguía con la vista todas sus maniobras sin decir ni pio, tan solo un gesto contrariado en la cara y el movimiento de cabeza denotaban su disgusto.
El estaba feliz, se sentía vivo y joven, como ya no recordaba cuando.
Fina no pudiendo aguantar más, abrió la boca. – ¡Pero Mariano, recapacita! Que tú ya no estás para esos trotes
-Para esos y para muchos más –contesto él.
-Te recuerdo que tú ya estás jubilado.
-Tú lo has dicho mujer, jubilado ¡pero no muerto! Y siguió preparando su mochila, mientras notaba como la adrenalina le corría por las venas haciéndole sentir en ebullición.
-¡Que alegría haber tomado las calles otra vez! Recordaba sus años de estudiante, las carreras esquivando a los guardias, los palos, los gases lacrimógenos, los días de cárcel, el mayo francés, los ideales que poco a poco sin apenas darnos cuenta fueron enfriándose, para convertirnos en autómatas que formaban parte de un sistema con el que nunca estuvo de acuerdo. Ahora iba a unirse a los indignados, porque así se sentía él. Desde que se jubiló y dejó de formar parte del engranaje del sistema, volvió a ser persona, a ser él mismo, un día sí y otro también gustaba de andar perdido por esos mundos, informándose, aprendiendo, descubriendo otras culturas otras formas de vida. Aquella ventana abierta por la que se introducía para perderse por esos mundos cibernéticos le hizo reafirmarse en lo que ya sabía, ¡lo bella que es la vida! Y que a pesar de los pesares, en el corazón de los humanos sigue anidando el amor. Existen aún cosas buenas en la mayoría de nosotros, esperanzas, ideales, ilusiones y ganas de cambiar el mundo. Pero también comprendió que nada había cambiado, el planeta entero seguía regido por una horda de canallas sin conciencia ni escrúpulos, donde lo que imperaba era el poder y el dinero.
- Escucha mujer, no podemos seguir mirando para otro lado,
Mientras ellos se reparten el pastel, el pueblo recoge las migajas.
Pero como gota a gota el agua horada la piedra ha llegado el momento de las preguntas, de cuestionar las cosas, de abrir los ojos, de tomar conciencia, las gentes se rebelan y toman las calles y protestan y piden justicia, trabajo digno, salarios justos, protestan contra el sistema, contra los endiosados gobernantes, los prepotentes banqueros, los corruptos empresarios, los quiero y no puedo y los incontables lameculos.
Es un movimiento no sólo de jóvenes, son los parados, parejas con niños, emigrantes, jubilados y todos los que han despertado.
Por eso yo me voy a tomar las calles, voy a estar con ellos, a apoyarlos, me voy y no sé cuando volveré o si volveré.
-¡Y yo Mariano! Yo también voy – Dijo Fina en un arrebato- También yo he despertado.
- ¡Temblad proxenetas de la justicia!
- ¡Temblad políticos fariseos!
-¡Temblad especuladores!
-Las masas están abriendo los ojos, las ovejas se convierten en leones, es una reacción mundial en cadena, el pueblo tiene hambre y sed de justicia. Nadie ha dicho que sea fácil, nosotros solo lo vislumbramos, las generaciones futuras lo vivirán.
Mirándose a los ojos sonrieron, y cogiéndose de la mano, salieron a tomar las calles.
MARÍA BUENO. (TERTULIA ENTRELINEAS)

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