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viernes, 20 de diciembre de 2013

Mijaíl Bulgákov
                                                               






                                              
Como ocurre tristemente demasiado a menudo  muchos autores son víctimas del olvido intencionado.
Sus obras son poco o nada conocidas porque en su momento criticaban la situación de su país y por tanto resultaban incómodas .Todos sabemos que se puede inducir la tendencia hacia un determinado tipo de cine, literatura y arte en general a través del abrigo o el olvido de las instituciones. Todos los regímenes políticos tienen su intelectualidad de cabecera. Que garantiza el grado de ilustración de los mandatarios. Sin embargo, son siempre mal vistas las opiniones críticas o disonantes. Bulgákov es un ejemplo más dentro de ese grupo de autores intencionadamente olvidados.
Descubrimos al acercarnos a su obra a un autor con una enorme capacidad de provocar la risa con sus inteligentes escritos al tiempo que realiza una crítica a la situación que se vive en esos momentos en su país, que nos es otra que la Rusia comunista. Sus personajes, son seres atrapados por unas circunstancias que demarcan sus vidas paso a paso sin lugar apenas para la decisión propia. Un estado asfixiante y cooperativo que anula al tiempo que ayuda a sus ciudadanos. En Los Huevos Fatales, una excelente novela corta, Bulgákov nos narra la historia de un eminente investigador, cultísimo y solitario, al que su propia esposa ha abandonado y que vive en la sola compañía de su criada. Su propia exquisitez le han convertido en un ser aislado e incomprendido pues solo vive para servir a la ciencia a la cual cree representar. Es un ser efectivamente ilustrado frente a una masa adoctrinada y embrutecida que no ve más allá de su realidad más inmediata. Y que después de muchos avatares nos conducirá hasta un trágico final.
Pero sin duda la obra más importante de Bulgákov es El maestro Y Margarita, en la que el autor despliega un enorme abanico de posibilidades literarias y en la que describe una vez más una sociedad perdida en su propia burocracia.
En la que el individuo no tiene cabida y queda absorbido y anulado por la masa, el grupo compacto, que se deja arrastrar. Por eso sus personajes terminan por enloquecer o son tomados por locos. La salida es la imaginación, sobrevolar como hace Margarita, la realidad. El Maestro y Margarita tiene tintes biográficos y eso le da quizá esa carga de emotividad que tiene toda obra en la que el autor retrata algo de su propia vida.
Todo es cuestionado, porque donde está el límite entre lo que vemos y lo que es fruto de lo que nos inducen a ver.
La derrota está presente porque los personajes a duras penas pueden luchar contra su destino pero al mismo tiempo es posible la esperanza, porque somos dueños de lo que soñamos o ¿no?
La lectura de El maestro y Margarita resulta a veces desconcertante y retadora. La realidad es algo quebradizo y frágil, manipulable y cambiante que puede tornarse en cualquier momento.


                                                        Begoña Ramírez Joya

                                                Diciembre de 2013